
Mañana sacrifican a mi perro, después de tenerlo casi 9 años, lo tuve desde un mes de nacido, me lo regalo una persona con la que salía, pero realmente fue mio. Cuando lo conocí media menos que una regla, comparandolo con ahora que es un San Bernardo de 65 kg. era muy pequeño.
Dentro de mi fobia social, había semanas en las que no quería ver a nadie, solo a el y a mi monitor.
Hace un tiempo lo deje en casa de mis padres, porque alguien de ese tamaño no podía correr como quería como lo hacia en su jardín; estaba considerando traérmelo a vivir a mi departamento cuando estuviera un poco mas viejito. Pero el cancer me gano, se le desarrollo en sus patas delanteras de tal forma que hace un mes lo lleve a correr al Ajusco y ahora no se puede ni tener en pie y tiene dos bolas del tamaño de una bola de baseball en cada una de sus articulaciones. No puedo dejar de pensar en tratar de salvarlo con operaciones y tratamientos, pero para un perro que esta acostumbrado a saltar todo el día sería el fin espiritual. Por mucho esta es la decisión mas difícil que he tomado en mi vida y mañana ya no lo volveré a ver.
Te quiero Obi, mas que a mi abuela y que a la mayoría de la gente.

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